El circuito termal consta de duchas, piscinas activas con mecanismos dinámicos (como chorros, camas de agua, cuellos de cisne, pediluvios y otros elementos), zonas de calentamiento (sauna, baño turco) y diversas áreas de contraste y descanso. La agrupación de este conjunto de elementos ha permitido realizar múltiples tratamientos en un mismo espacio, asignados a distintas zonas del cuerpo. Así, un circuito termal puede aliviar músculos cervicales, lumbares, piernas y tobillos.
En la piscina con chorros, podemos disfrutar de micromasajes epidérmicos y descongestionar zonas localizadas de nódulos grasos o celulitis. En la sauna, podremos limpiar nuestro organismo de toxinas, en la piscina fría, activar la circulación y tonificar el cuerpo.
En este circuito disfrutarás de: